Propuesta realizada por Javier Domínguez Anadón, Gumersindo Trujillo Domínguez, Jesús Gago y José María García-Pablos
¿Qué dilema se planteó en el Concurso Internacional de Las Teresitas? ¿Es mejor para el interés general dejar la Playa de Las Teresitas «sin urbanizar»?
¿Las decisiones erróneas del pasado tienen efectos sobre el futuro?, ¿Son revisables?, ¿Dónde acaba el suelo con derecho a edificar en este extremo de la ciudad?,
¿Cuando se ahogó la posibilidad de difinir a voluntad esos límites en Las Teresitas?, ¿Está abierta esta posibilidad, es ficticia, cuesta dinero?.
En el año 2.000, la pregunta que nos planteamos fué: ¿Cómo ordenar los derechos edificatorios que el Tribunal Supremo reconoció al viejo Plan Parcial, y hacerlos compatibles con los
valores ambientales de la entrada al macizo de Anaga, el pueblo de San Andrés, la playa de Las Teresitas, o el valle de Las Huertas y el Suculum?.
Las respuestas que dio esta propuesta a esas y otras preguntas clave en el marco del Concurso Internacional del año 2.000, fueron un intento de conciliar los deseos y la realidad, tratando de minimizar el impacto de los derechos edificatorios sobre el interés general.
La parte más comprometida de la propuesta, referida a la localización de edificabilidades en el frente de playa, se centró en la reducción drástica del volumen edificable al que tenían derecho los propietarios, por dos vías:
a) trasladando parte de las edificabilidades al residencial de Las Huertas, y
b) ponderando conforme al retorno de inversiones, el valor de los aprovechamientos a situar en la mejor parcela de la ciudad.
La parte más comprometida de la propuesta, referida a la localización de edificabilidades en el frente de playa, se centró en la reducción drástica del volumen edificable al que tenían derecho los propietarios, por dos vías:
a) trasladando parte de las edificabilidades al residencial de Las Huertas, y
b) ponderando conforme al retorno de inversiones, el valor de los aprovechamientos a situar en la mejor parcela de la ciudad.
El resultado hubiera sido un edificio multifunción de carácter turístico, de 4 plantas de altura aparente y situado tras un gran palmeral que ampliaría la plantación actual. El edificio se diseñó paisajísticamente con formas ondulantes y materiales acordes al sitio, en la voluntad de evitar una cornisa continua sobre la playa.
El complejo edificatorio, se hubiera situado al pié de la ladera, entre la bouganvilla del inicio de la playa hasta el primer laurel de indias del fondo del aparcamiento actual. En una longitud equivalente al 30% del frente de la Playa, como marca línea roja dibujada sobre la ortofoto adjunta.
La solución urbanística de las Teresitas que resuelva el problema iniciado hace 45 años en la época del desarrollismo, sigue hoy pendiente.
El complejo edificatorio, se hubiera situado al pié de la ladera, entre la bouganvilla del inicio de la playa hasta el primer laurel de indias del fondo del aparcamiento actual. En una longitud equivalente al 30% del frente de la Playa, como marca línea roja dibujada sobre la ortofoto adjunta.
La solución urbanística de las Teresitas que resuelva el problema iniciado hace 45 años en la época del desarrollismo, sigue hoy pendiente.
